Las
remesas de los migrantes de los países latinoamericanos alcanzaron
niveles importantes en la generación de divisas, y en algunos casos
desplazaron a los productos de exportación tradicionales, aunque la
falta de políticas públicas para canalizar su potencial hacia la
generación de proyectos productivos diluye su impacto, revelan diversos
estudios.
Según
el informe "Migración Internacional en las Américas", de la
Organización de Estados Americanos (OEA), en 2011, las remesas
"mostraron signos de una sólida recuperación, alcanzando tasas de
crecimiento cercanas a las registradas antes del inicio de la crisis
mundial".
Las
remesas de los latinoamericanos emigrados han crecido a niveles
anteriores a la crisis de 2009, y el flujo de migrantes a Estados Unidos
y España tiende a "redirigirse" a otros países como Canadá, Japón o
Australia, apuntó.
Los
especialistas destacaron que se registró un aumento de los flujos
migratorios legales a Canadá y Estados Unidos con respecto a 2009,
cuando más duro golpeó la crisis financiera mundial.
Desde
finales de 2009, el aumento del desempleo en países emisores de remesas
como España o Estados Unidos provocó una fuerte caída de esos flujos de
capital, de gran importancia para algunas economías latinoamericanas.
Se
observó una reorientación "leve pero evidente" de los emigrantes que
antes elegían España y Estados Unidos hacia otros países.
El
informe detalló la diferencia de destinos de los emigrantes
latinoamericanos entre 2010-2011, con un 99% de los migrantes de
Centroamérica y el Caribe a Estados Unidos, incluso más que el
porcentaje de mexicanos, y los sudamericanos residían más en Europa, con
un 57% de ellos en España.
En lo que va de 2013, El Salvador recibido 3,522 millones de dólares en remesas provenientes de Estados Unidos.
Según
el Banco de Guatemala, el envío de remesas familiares a Guatemala sumó
en enero de 2013 357.8 millones de dólares, 14.5% más que el mismo mes
del 2012.
En
2012, Guatemala recibió en remesas familiares un máximo histórico de
4,782 millones de dólares, 404 millones de dólares más que en 2011.
El
crecimiento se registró pese a que 40,635 personas fueron deportadas de
Estados Unidos, unas 10 mil más que en 2011, mientras las autoridades
proyectan un crecimiento de 6% para 2013, por encima de los cinco
millones de dólares.
La
Organización Internacional para las Migraciones (OIM) destacó que 1,5
millones de guatemaltecos residen en el extranjero, 1.3 millones de
ellos en Estados Unidos, gran parte de los cuales carece de residencia
legal.
Los
migrantes mexicanos en el extranjero enviaron hacia México más de 23
mil millones de dólares (320 mil millones de pesos) en 2012, lo que
significa que México fue el tercer país que más remesas recibió, tan
sólo detrás de India y China, países que consiguieron 63 y 61 mil
millones de dólares.
Por
décadas, el peso de las remesas en la economía mundial es subestimado,
no obstante la estadística dimensiona la importancia que los migrantes
del mundo envían a sus familias en sus países de origen.
Mientras
cada vez más personas dejan sus lugares de origen en busca de
prosperidad, el flujo global de remesas sigue rompiendo récords y en
2012 sumó más de 530 mil millones de dólares.
Esta cifra se triplicó en una década y es ahora tres veces el total de la ayuda internacional.
Si
los envíos fueran una sola economía, estarían en el lugar número 22 por
tamaño, más arriba en la tabla que países como Irán o Argentina.
El
Banco Mundial consideró que la cifra podría ser mucho más alta, pues
miles de millones de dólares no se registran porque muchos migrantes
logra evadir al sistema financiero y empresas que realizan las
transferencias.
México
es el mayor receptor de remesas en América Latina gracias a los cerca
de 11 millones de mexicanos que trabajan en Estados Unidos, en especial
en el sector de la construcción.
Los
envíos son una de las principales fuentes de divisas de la segunda
mayor economía de América Latina, junto con los que generan las
exportaciones petroleras y la inversión extranjera directa.
En
Nicaragua, las remesas de dinero de los migrantes nicaragüenses
alcanzaron más de mil 14 millones de dólares en 2012, monto superior en
11,2% a los 911 millones 600 mil dólares de 2011.
Según
el Banco Central de Nicaragua, esa cifra rompió el record histórico de
las transferencias de los nicaragüenses residentes en el exterior, que
de 2007 a 2010 transitaron de 739 millones 600 mil dólares a 822
millones 800 mil dólares.
Los
envíos más cuantiosos de 2012 provinieron de Estados Unidos y Costa
Rica, donde está la mayoría de los emigrados nicaragüenses.
Para
el expresidente de la entidad financiera reguladora, Mario Arana, la
cifra de 2012 es histórica y puede incrementarse en 2013, por las nuevas
leyes de inmigración que deben entrar en vigencia en Estados Unidos y
permitirán a miles de latinoamericanas nacionalizarse en ese país.
En
Colombia, las remesas se redujeron en 20%, por la baja del dólar, que
ha hecho que a su vez se bajen las remesas, provenientes de Estados
Unidos.
Según
cálculos del Banco de la República, “en 2009 por un giro de mil dólares
un colombiano recibía en promedio, 2 millones 211 mil pesos, pero el
año pasado por un giro del mismo valor se recibían un millón 853 mil
pesos, es decir 358 mil pesos menos”.
Los
expertos indicaron que “en Colombia hay alrededor de 500 mil familias
receptoras de remesas que esperan más medidas por parte del Banco de la
República frenen la revaluación del peso”.
La
mayoría de gobiernos latinoamericanos tienen esperanza en la reforma
migratoria prometida por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama,
ante el temor de que la deportación masiva de sus connacionales pueda
afectar el monto de remesas que reciben y que en muchos casos están por
encima de los productos tradicionales de exportación, como generadoras
de divisas.
De
concretarse la propuesta, anunciada por el mandatario norteño desde su
primer período de gobierno (2009-2012), podrían legalizar su situación
de más de 11 millones de inmigrantes indocumentados en el país
norteamericano.
Los
países latinoamericanos carecen de condiciones económicas, políticas y
sociales, para la recepción de los millones de sus connacionales que
residen en el exterior, lo que su regreso podría agudizar la crisis en
la región.
Armando Ramírez
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